« Del almuerzo que nos aguardaba en
la fonda, debo decir, no como dato oficioso y trivial, sino para instrucción de
los viajeros que vayan a Salamanca, que nada tenéis allí que temer y sí muchos
goces que prometeros, por muy gastrónomos y delicados que seáis. »
Pedro Antonio de Alarcón."Dos días en Salamanca"
He estado pensando varios días qué receta sería la primera en poner el blog. Me hubiera gustado poner una espectacular, con fotos muy bonitas, pero la cocina tradicional de Salamanca no es espectacular (tampoco yo hago fotos estupendas). Es una cocina sencilla, la que se comía cada día en los hogares salmantinos. Sí, se comía, porque muchos de estos platos casi se han perdido en el olvido y desde luego muchos de ellos no se comen ya en la mayoría de los hogares. Así que me decidí por uno de esos platos olvidados que tiene un nombre curioso: Dulce de hartabellaco. Esta receta la conocía como Suspiros de monja. Fue una de las recetas que nos dieron en el curso de cocina tradicional de Salamanca organizado por la Diputación Provincial, pero nunca había llegado a hacerlo en casa. Dulce de hartabellaco es el nombre con el que he encontrado la receta en un libro de cocina charra. Según su autora, la receta procede de la comarca de El Rebollar.
Esta receta es bastante parecida a los Repápalos en leche, de la cocina extremeña, con la diferencia de que aquellos incorporan anís a la mezcla de pan y huevos.
Recuerda un poco al arroz con leche, pero en lugar del arroz las bolitas fritas. No he encontrado en los libros de recetas consultados ninguna foto, solo la de los Repápalos extremeños, así que he hecho bolitas de dos tamaños, están igual de ricas.
Esta es la receta. Espero que os guste. La verdad es que está buenísima...
Dulce de hartabellaco o suspiros de monja
Ingredientes:
3/4 litro de leche
2 huevos
Miga de pan
4 cucharadas soperas de azúcar
Canela en rama
Canela en polvo
La piel de un limón
Preparación:
Se pone a hervir la leche con la piel del limón, y una rama pequeña de canela. Las mías son grandes así que puse media.
Mientras tanto, vamos batiendo los huevos con la otra cucharada de azúcar, después añadimos la miga de pan y mezclamos bien. La cantidad de miga depende del pan utilizado. Hacemos unas bolitas ayudándonos con una cuchara y las freímos en aceite bien caliente. Las vamos sacando a un plato con papel absorbente para quitar el exceso de aceite, antes de echarlas en la leche y dejamos cocer 15 minutos.
Retiramos del fuego y dejamos templar antes de pasar a una fuente para que se enfríen totalmente. Metemos en el frigorífico hasta el momento de servir. Se sirven espolvoreadas con canela.
La receta original ponía medio litro de leche, pero a mí me pareció poco y puse 3/4, creo que la próxima vez pondré un litro, ya que me gusta más líquido.
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Excelente receta, te felicito, es un postre poco conocido y que me gustaría probar. Un saludo!
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