"Ser en la vida romero,
romero solo que cruza
siempre por caminos nuevos;
ser en la vida romero;
sin más oficio, sin otro nombre
y sin pueblo...
Ser en la vida romero...
romero... sólo romero"
León Felipe
Ermita de la Virgen del Cueto |
Llegando la primavera, comienzan a celebrarse las romerías en numerosos pueblos de la provincia de Salamanca: Valdejimena en Horcajo Medianero, La Virgen de la Misericordia en Cantalapiedra, el Cristo de Cabrera en Las Veguillas, La Virgen del Cueto en Matilla de los Caños... Son numerosas en todos los rincones de la geografía española.
Nuestra Señora del Cueto preparada para la procesión después de la misa |
Las ermita son como iglesias pequeñas, lugares de reducidas dimensiones que gozan de una gran devoción popular. Suelen encontrarse en medio de los bosques, en lo alto de un cerro o de una colina... Generalmente apartadas del núcleo urbano, pero a la vez cercanas, a pocos kilómetros del pueblo, sirviendo en numerosas ocasiones de nexo de unión de varios pueblos que se encontraban en torno a la ermita.
Se consagran a algún santo, a la devoción de la Virgen o de Jesucristo. Su origen, está en la mayor parte de los casos, en leyendas populares, a veces extrañas, aparecen en lugares insólitos y son encontradas por una o dos personas. Muchas de ellas se encuentran cerca de monasterios, o en lugares estratégicos de las rutas de peregrinación más importantes, como por ejemplo, del camino de Santiago.
Ese misterio nos inunda al traspasar su puerta, tienen pequeñas ventanas en la parte alta de los muros que apenas dejan pasar la luz, se respira paz en su interior. El peregrino llegaba fatigado del viaje a caballo o en carreta y en el interior de la ermita encontraba el descanso y la paz que buscaba, y sentía sobre su cuerpo y su espíritu un manto protector.
Muchas ermitas tienen asociada a ella una cofradía, que se encargaba de organizar los actos en honor al patrón o patrona en su festividad, y en otras fechas importantes, como Navidad, Pentecostés o la Asunción. La mayoría celebraban la misa todos los domingos. Pero además, realizaban una importante función de beneficencia, ayudando a los más necesitados; en ocasiones junto a un hospital.
Mas de la mitad de las ermitas se dedican a la Virgen María. Una de ellas es la de la Virgen del Cueto, en Matillas de los Caños, a unos treinta kilómetros de Salamanca. Su romería es una de las más concurridas en la provincia. En muchas romerías se celebraran festejos taurinos, y especialmente en ésta, ya que la Virgen del Cueto es patrona de los ganaderos. En algunas fotos se pueden ver los burladeros de piedra.
Burladero dentro del reciento de la ermita de la Virgen del Cueto |
¿Por qué se llama la Virgen del Cueto? El cueto hace referencia a un sitio alto, una pequeña colina aislada o un cerro. Y ahí es donde se encuentra esta ermita, en un pequeño alto del Campo Charro salmantino.
El origen no está muy claro. Según una leyenda la encontraron un padre y su hijo que estaban en el campo con las vacas, no tenían agua y de repente broto un manantial del suelo con el que pudo sofocar la sed el niño. Otra leyenda cuenta que la encontraron unos pastores encima de una encina.
La ermita está rodeada de encinas, en un bello paraje característico del Campo Charro salmantino, un lugar tranquilo y solitario... salvo el día de la romería.
Encinas en torno a la ermita de la Virgen del Cueto |
El recinto de la ermita está formado por varias partes. Por un lado la iglesia del siglo XVII, a su izquierda está la antigua residencia de los franciscanos y lo que fue refugio de peregrinos y más tarde casa rectoral. Detrás del templo hay un pequeño cementerio. En la parte delantera la zona utilizada para los festejos taurinos.
En la foto siguiente se ve el interior de la iglesia, el camarín de la Virgen (siglo XVIII), el coro y un miliario romano que sirve hoy de soporte a una viga de madera que se encuentra en los soportales de la construcción que se encuentra a la izquierda de la iglesia.
Interior de la ermita de la Virgen del Cueto |
Hoy, domingo de Pentecostés, se ha celebrado la romería y delante de la ermita, había numerosos puestos de venta de todo tipo de productos y un gran ambiente festivo, que a duras penas he podido evitar para hacer las fotografías.
Sin embargo, creo que estas ermitas es mejor visitarlas en otro momento, más tranquilo, sin apenas gente. Así podremos disfrutar de la soledad y el silencio del entorno, solamente roto por el canto de los pájaros o el sonido de los animales que se encuentren por el lugar.
Muchas de estas ermitas no han llegado hasta nuestros días por causas diferentes. En Salamanca, por ejemplo no queda ninguna y la ciudad tuvo diecinueve, según nos cuentan los historiadores.
Para llegar hasta ella, tomamos la carretera de Vecinos, C512, sin llegar al pueblo, a unos veintitrés kilómetros sale un camino de tierra a la derecha (está indicado)
Recinto de la ermita de la Virgen del Cueto |
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